Libro de otras Oraciones
······· Pide Oraciones ·······

Libro de otras Oraciones:
Señor, con Vos sólo estoy contento.

Señor, con Vos sólo estoy contento,
Vos sólo bastáis a me hartar,
sin Vos no quiero a nadie,
y con Vos todo lo tengo;
estad Vos conmigo y fáltenme todos;
consoladme Vos, y desconsuéleme todo el
mundo; sed Vos conmigo y todo el resto contra mí.



Libro de otras Oraciones:
Plegaria a todos los Ángeles

Sabias y útiles diosas, de la labor tranquila protectoras, mi espíritu busca paz y reposo; mientras cincela el verso y el pensamiento hila encuentre en vuestras manos el premio venturoso.
Proteged a mi estrofa del odio y del olvido, dadle el dulce secreto de hablar con voz eterna; resplandezca un instante su inefable sentido y perdure en lo excelso de noble alma fraterna.
Que el fulgido relámpago que en mi mente se aviva arda, perenne estrella, en vuestro cielo puro. Encended en mi espíritu la venturanza altiva que le muestre en vosotros la fe al ensueño oscuro.
Y así yo siempre, os admiro, ángeles y musas entregar a mi lámpara de óleo sacro el aliento; y si en la sombra acechan las lúgubres medusas, las ciegue la luz que enciende el pensamiento.



Libro de otras Oraciones:
Danos un Corazón Nuevo

Ven, Espíritu Santo y danos un corazón nuevo,
que reavive en todos nosotros los dones recibidos de Ti,
junto con la alegría de ser cristianos, un corazón nuevo,
siempre joven y siempre contento.
Ven, Espíritu Santo,
y danos un corazón puro,
entrenado en amar a Dios,
un corazón puro,
que no conozca el mal
más que para definirlo,
para combatirlo y para huir de él;
un corazón puro, como el de un niño,
capaz de entusiasmarse y de temblar.
Ven, Espíritu Santo y danos un corazón grande,
abierto a tu silenciosa y potente palabra inspiradora,
y cerrado a toda mezquina ambición,
un corazón grande y fuerte para amar a todos, servir a todos,
con todos sufrir; un corazón grande, fuerte,
que sólo sea feliz si palpita con el corazón de Dios.



Libro de otras Oraciones:
Nostalgía de Dios

Mi alma languidece tras el Señor,
y le busco con lágrimas.
¿Cómo te buscaré?
Tú has sido el que me has encontrado.
Me has concedido vivir
la dulzura de tu Espíritu Santo
y mi corazón te ama.
Tú, Señor,
ves mis penas y mis lágrimas…
Si no me hubieras atraído por tu amor,
no te buscaría como te busco.
Pero tu Espíritu
me ha concedido conocerte
y mi alma se alegra
porque eres mi Dios y Señor,
y hasta con lágrimas
languidezco tras de ti.
Señor misericordioso,
Tú ves mi caída y mi dolor;
pero humildemente
imploro tu clemencia:
derrama sobre mí, pecador,
la gracia de tu Espíritu Santo.
Su recuerdo lleve a mi espíritu
a buscar de nuevo tu misericordia.
Señor, dame tu humildad,
para que no vuelva a perder tu gracia
y no tenga que lamentarme como Adán,
que lloraba por haber perdido a Dios
y con Él el Paraíso.



Libro de otras Oraciones:
Benignísimo Jesús

Benignísimo Jesús, mandadnos vuestro Espíritu con su Luz, para que seáis mejor conocido.
Mandádnoslo con su Fuego, para que seáis más amado.
Mandádnoslo con sus Dones
para que seáis verdaderamente imitado.
Amén.