Libro de otras Oraciones
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Libro de otras Oraciones:
Alumbrad Señor

Alumbrad, Señor, con los rayos de vuestra lumbre y claridad eterna las tinieblas de mi entendimiento, para que pueda con claridad y certidumbre escoger a Vos sólo por bien eterno mío, y olvide y tenga en poco todas esotras cosas, pues son sombras falsas y apariencias engañosas; y conociéndoos, haced, Señor y mi Dios, que mi corazón y toda mi voluntad se encienda en amor vuestro y deseo vuestro, para que a Vos sólo ame, a Vos sólo quiera, a Vos sólo me arrime, en Vos sólo ponga mis ojos, y para siempre no consintáis que sea apartado de amaros. Y porque la flaqueza de estos cuerpos estorba a que esto no se haga tan libremente como es razón, esforzad, Señor, con vuestra fuerza la flaqueza de mi cuerpo, la bajeza de mi sensualidad y habilidad, para que todo lo que hay en mí os contente y agrade y os entienda, ame y sirva.




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Libro de otras Oraciones:
Oración para gozar de discreción

Purifica, Señor todopoderoso, mi corazón y mis labios; tú que purificaste los labios de Isaías con un carbón encendido, dígnate purificarme con tu divina misericordia, de forma que yo pueda, por medio de tu Ángel, alabarte siempre, aquí, ahora y en todo momento.




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Libro de otras Oraciones:
Para pedir docilidad y humildad

Espíritu Santo, Espíritu de verdad,
quiero hacerme dócil a tu enseñanza
y vivir fiel a los más pequeños toques
de tus inspiraciones divinas.
Eres Espíritu de vida, fuerza y luz,
sé mi vida, mi luz y mi fuerza.
Hablas en silencio al alma,
dame el espíritu de silencio y de recogimiento.
Desciendes a las almas humildes,
dame el espíritu de humildad,
enséñame a vivir de tu amor,
enséñame a repartir el amor a mi alrededor.




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Libro de otras Oraciones:
Ofrecimiento Del Día Invocando Al Espíritu Santo

—Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo.
—Para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la redención del mundo.
Señor mío y Dios mío Jesucristo: Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, nuestro Obispo y sus intenciones y nuestro párroco y sus intenciones.




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Libro de otras Oraciones:
Himno Te Deum

A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre, te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles, la multitud admirable de los profetas, el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra, te proclama:
Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero, digno de adoración, Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre.
Creemos que vendrás como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos, a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.




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