Libro de Novenas
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Libro de Novenas:
Novena de Santa Marta. Oración Milagrosa

Confio el ti Dios padre, hijo y espiritu santo mi señor Jesus mi unico salvador con todas las fuerzas te pido me concedas la gracia que tanto deseo. (se pide la gracia o el deseo)




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Libro de Novenas:
Novena al Ángel de la Guarda

NOVENA AL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA

Los Ángeles Custodios o de la Guarda, fueron puestos por el Creador para ayudar personalmente a cada ser humano. Esta ayuda o custodia, es la de preservarnos de cientos de miles de accidentes de toda índole, que en especial, cuando somos niños y debido a la corta edad y faltos de experiencias de todas clases suelen acaecemos. Y también de mayores y en otra escala de valores, nos inclinan, tuercen voluntades hasta ciertos límites, e incluso procuran que nuestros pensamientos y sentimientos sean positivos, alegres, hermosos y constructivos.
Todo este laborioso trabajo debe ser muchas veces descorazonador, en especial, si aquel humano vive en total obscuridad o en ciertas tinieblas con arreglo al plan divino. Cuando los hombres y las mujeres de la Tierra, en su quehacer diario ofrecen a Su Creador las obras de cada día, esperando sean positivas o de su agrado, es el Ángel de la Guarda el encargado de presentarlas hacia lo Alto.
La Iglesia en el Prefacio-Ofertorio da gracias al Todopoderoso y canta: “En verdad es digno y justo, equitativo y saludable que en todo tiempo y lugar, te demos gracias, Señor, ¡Oh Santo, Eterno, junto con tus Ángeles, Arcángeles, Serafines, Querubines, Tronos, Virtudes, Dominaciones, Santo, Santo, Santo Inmortal!
‘ El Santo Ángel de la Guarda, alumbra pues nuestro entendimiento e inflama la voluntad del hombre, para librarle de los peligros del alma y del cuerpo.
En la actualidad el ser humano va tomando consciencia cada día más de la necesidad de rezar a su Ángel de la Guarda, quizá porque también cada día que pasa en su vivir cotidiano, sabe valorar mejor las dificultades y las penas, los sinsabores y las tentaciones que le surgen del otro lado, o sea causadas o motivadas por el ángel caído, por Lucifer.
Por ello y para que pueda servir de fiel ayuda a los que deseen recordar a su Ángel de la Guarda, presentárnosles esta Novena, y así además de agradecerles su misión, puedan también solicitar la ayuda o necesidad que en ciertos momentos de la vida precisan obtener.
Es conveniente que la Novena al Santo Ángel de la Guarda fuese realizada a la misma hora cada día, o sea, los nueve días seguidos a la misma hora (por ello se llama Novena).
También mientras ésta se haga, mantener encendida una vela del color que se cita para cada día, así como poner un perfume-aceite en una lamparilla difusora de perfumes, que en este caso podría ser el aroma de incienso natural.
Quizá algunos pensarán que todo esto no es necesario, y ciertamente no lo es, pero desde un prisma esotérico tiene un valor oculto, ya que el practicante tendrá que realizar un esfuerzo adicional, por ejemplo, hacerla a la misma hora; ya veréis cómo enseguida os surgirán dificultades para ello, y con referencia a la vela y al perfume, tendrán que buscarse, en resumen, un esfuerzo que bien vale la pena efectuarlo. Seamos devotos y agradecidos a tan excelentes guardianes y centinelas, y honrémosles cuanto debemos.

ADVERTENCIAS PARA HACER LA NOVENA AL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA
a) Cualquier tiempo es bueno para realizar una novena al Santo Ángel de la Guarda, aunque el mejor día para comenzarla es el 2 de octubre, ya que es el día especial que se ha destinado para su culto.
b) Para poder alcanzar con más seguridad lo que en la novena va a pedirse, será bueno purificarse recibiendo la bendición del sacramento de la Confesión, o por lo menos realizar un fervoroso Acto de Contricción de los errores y equivocaciones cometidos.
c) Hay que tener muy en cuenta que la petición debe realizarse a Dios, al Creador, por intercesión del Santo Ángel de la Guarda.
d) Con estas pequeñas normas estemos seguros se lograrán alcanzar las gracias solicitadas, si es que convienen para nuestra salud espiritual y también corporal.

MODO DE HACER LA NOVENA
Nos recogeremos en una habitación tranquila de la casa, en la que sepamos de antemano no vamos a ser interrumpidos, y una vez hecha la señal de la Cruz, recitaremos este ACTO DE CONTRICCIÓN
Señor nuestro, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, ante vuestra divina presencia reconozco con humildad mis errores y equivocaciones, continuadas y producidas por la falsa visión de la realidad. Os ruego me perdonéis y disculpéis, pues me pesa haberos ofendido. Ayudado por vuestra gracia divina, propongo ser más consciente para que ello no vuelva a ocurrir. Amén.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
¡Oh Dios de Bondad, de Amor y de Misericordia! Padre nuestro que nos consuelas, has deseado señalarnos un preceptor, un guía de vuestra corte celestial, un Ángel Guardián, para que nos proteja y acompañe en nuestro devenir por la tierra, incluso como coraza de choque contra la “negatividad demoníaca”.
¡Gracias Señor por ponernos un Ángel a nuestro lado que nos custodie y ampare como cariñosa madre! Os suplico que me concedáis una disposición agradable a vuestros ojos; dadme un corazón agradecido para cantar junto con vuestros coros angélicos alabanzas sin cesar al Creador.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
¡Oh compañero fidelísimo y custodio mío, destinado por la divina Providencia para mi tutela y guarda! ¡Oh protector y defensor mío, que nunca os apartáis de mi lado! ¿Qué gracias os daré por la fidelidad que os debo, por el amor que me tenéis y por los innumerables beneficios que en cada instante estoy recibiendo de Vos?
Cuando yo duermo veláis sobre mí, cuando estoy triste me consoláis, y cuando estoy desmayado, me alentáis. Apartáis de mí los peligros presentes, me desviáis de lo malo inclinándome hacia lo bueno, exhortándome a la penitencia cuando he errado.
¡Gracias Santo Ángel de la Guarda por vuestras inspiraciones de toda índole! Consoladme en mis días adversos y líbrame de los peligros, ayudándome igualmente en las tentaciones para vencerlas.
Presentad ante el Supremo mis oraciones y gemidos y también las buenas obras que hiciere, para que siéndote agradables en esta vida, me consigan después la eterna, donde le alabe en vuestra compañía.

PRIMER DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz…
Perdonadme, Señor, mis errores y equivocaciones. Me arrepiento sinceramente de todos ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena…
Encended una vela de color azul celeste y a continuación esta oración:
El ángel está presente
Santo Ángel de la Guarda, custodio de mi alma, que además de estar a mi lado hablas dentro de mí. Compañero mío de viaje, que momento a momento me infundes buenos consejos, tú que siempre estás presente en mi interior, haz que comprenda el porqué de mi misión en esta vida que ahora estoy viviendo, y que con tu aliento e iluminación entienda de alguna manera el misterio de la evolución.

Ángel mío de la Guarda, insúflame el bálsamo bienhechor de tu dulzura, y por los méritos del hijo de Dios alcance la dicha divina, para que con vosotros los ángeles pueda cantar eternamente el Sanctus del Amor.

Ángel de la Guarda, concédeme si ello es bueno para mi cuerpo y para mi alma, la gracia especial que os pido en esta Novena que os dedico.
(Aquí decir la causa que os motiva a hacer la Novena y también la petición).
Oración final para todos los días.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.

SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz… Perdonadme, Señor, mis errores y equivocaciones. Me arrepiento sinceramente de todos ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena… Encender una vela de color morado, y a continuación recitad esta oración:
Consuela al alma
Santo Ángel de la Guarda consolador de mi alma, tú que eres mi fiel amigo en todas mis tribulaciones, y que el amor que tenéis por mí os trae solícito en procurarme lo que más me conviene, házmelo así comprender y dame el aliento que necesito en pro de este consuelo.
Ayúdame Santo Ángel para que no desmaye ante esta dureza de la vida que ahora hace tanta mella en mí, quizá producto de pasados errores y equivocaciones míos; que me sobreponga a esta tristeza que hoy me embarga y vea así el camino.
No estéis lejos de mí Santo Ángel de la Guarda, pues os necesito más que nunca y sienta así el consuelo que vos sabéis darme. Haced que aprecie debidamente estos amorosos oficios (Aquí decir la causa o motivo de hacer esta Novena y haced la petición).
Oración final para cada día de la Novena…
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.

TERCER DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz… Perdonadme Señor, mis errores y equivocaciones. Me arrepiento sinceramente de todos ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena
Encended una vela de color verde pálido y decid esta oración:
Ofreced a Dios nuestras obras
¡Oh Santo Ángel de la Guarda, que sois celador ardiente de mi verdadero bien! Después de enseñarme por medio de vuestras aspiraciones y guiarme con vuestra luz, no ceséis Ángel mío de ofrecer a Dios mis obras; ayudadme a que éstas sean dignas de Él.
¿Cómo podré agradeceros vuestro cuidado? Bajáis del cielo a la tierra para acompañarme, defenderme, instruirme y llevarme de la mano hacia el bien. No ignora el Señor las obras de sus criaturas, pero quiere que vos le hagáis relación y le encomendéis lo mismo que Él ya conoce. Por todo esto suplico intercedáis por mí para poder alcanzar.
(Aquí explicar la petición por la cual realizáis esta Novena).
Oración final para todos los días de la Novena…
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.

CUARTO DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz… Perdonadme Señor, todos mis errores y equivocaciones. Me arrepiento sinceramente de todos ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena…
Encender una vela de color naranja y decid esta oración:
Ilumina al hombre
¡Oh Santo Ángel de la Guarda, maestro de mi alma! ¡Cuántas luces empleáis en mí para que yo pueda conocer de dónde vengo y adonde camino!
Siempre escucho en el fondo de mi corazón vuestras palabras, susurradas por el murmullo de vuestro amor y dedicación. Iluminad al hombre para que sepa andar por el único sendero, el sendero del Amor, para que no se encuentre como peregrino en tierra extraña.
¡Oh Santo Ángel de la Guarda! Que esa luz vuestra me aparte de las tinieblas de este mundo, y me haga conocer que en esta tierra sólo estoy de paso.
Pero hoy me encuentro Ángel mío en un cruce de caminos, en el que mis dudas no logro disipar, por lo que os ruego una vez más pongáis sosiego en mi vida, e intercedáis ante el Sumo Hacedor para obtener la gracia que espero alcanzar en esta Novena.
(Aquí solicitar la gracia a alcanzar con esta Novena). Oración final para todos los días de la Novena…
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.

QUINTO DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz… Perdonadme Señor, mis errores y equivocaciones. Me arrepiento sinceramente de todos ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena… Encended una vela de color morado, y recitad esta oración:
Despertad al hombre
¡Oh Santo Ángel de la Guarda! Si me hallare dormido en la indolencia y en la indiferencia hacia el Señor, ¡Despertadme presto, os lo suplico! No me dejéis olvidado cargado de cadenas y de pasiones o poseído por el irreal sueño de la vida.
Al oír estas palabras en mi voz, recuerdo vagamente tantos y tantos llamamientos con que habéis querido tocarme el corazón, y yo, me he hecho el sordo unas veces, y otras no entendí el llamado.
Despierta la tibieza de mi alma y pide al Señor me permita recuperar el tiempo perdido en los ensueños, intercediendo también para que se me conceda esto que ahora tanto necesito (Aquí hacer la petición por la cual se hace la Novena).
Oración final para todos los días de la Novena…
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.

SEXTO DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz… Perdonadme Señor, mis errores y equivocaciones. Me arrepiento sinceramente de todos ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena… Encender una vela de color dorado y decid esta oración:
Aparta las ocasiones de error
¡Oh Santo Ángel, que tan interesado estás en mi verdadero bien! Aparta de mí las ocasiones de tropiezo, de errar y de equivocarme, procurando no queden mis vestidos en la cárcel de este mundo, ni vicios que impregnen mi carne.
Que por tu inspiración y guía tenga caridad bien entendida hacia mí y la alta mira constante de amor al prójimo cada día más, haciéndome partícipe de sus necesidades y ayudándole de mil formas con los medios a mi alcance.
Que las ocasiones de error y equivocación queden por ti destruidas antes de que se hagan firmes. Os lo suplico, Ángel mío de la Guarda, así como también os solicito la gracia que es motivo principal de esta Novena (Aquí se dirá la gracia que se desea alcanzar).
Oración final para todos los días de la Novena…
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.

SÉPTIMO DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz…
Perdonadme Señor, todos mis errores y equivocaciones. Me arrepiento formal y muy sinceramente de todos ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena… Encended una vela de color plateado y decid esta oración:
Alentad en mí el progreso en la virtud
¡Oh Santo Ángel de la Guarda! Que tu fuego abrasador encienda mi alma de tal modo que pueda alcanzar grandes progresos en la virtud, y mi corazón sea un espejo y ejemplo para los demás, sin envidias ni rencores, sin malos pensamientos ni deseos, sólo rija la virtud para gloria del Supremo Hacedor, en todos los momentos de mi vida.
Por todo esto inunda todas mis células y sienta la primavera de tu Amor en mí. Que estos progresos no me crezcan en soberbia, sino en humildad franca y sencilla, borrando antiguos vicios y desarreglos de mi vida anterior.
Ángel de la Guarda, diríjeme hacia lo Alto para poder alcanzar la meta señalada, pero mientras, ahora que mis pies tocan este mundo, aunque mis ojos miran al cielo, concédeme esta petición que hoy te hago y tanto necesito al hacerte esta Novena (Aquí decid la petición que se desea alcanzar).
Oración final para todos los días de la Novena…
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.

OCTAVO DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz…
Perdonadme Señor, todos mis errores y equivocaciones. Me arrepiento sinceramente de ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena…
Encender una vela de color amarillo y decid esta oración:
Debilitad las fuerzas de la tentación
¡Oh Santo Ángel, defensor soberano de mi alma! Desde que Lucifer y los ángeles caídos fueron arrojados del Paraíso, las tentaciones hacia nosotros son patentes. Defiéndeme de ellas y haz que venza con tu ayuda al maligno. Sé que a través de la oración y sacrificio es una de las mejores formas de lograrlo, pues tu ayuda y desvelo son los idóneos medios de así lograrlo.
¡Oh Ángel mío! No me abandones de noche ni de día, como ya te decía de pequeño, y cobíjame entre tus alas plateadas para así sentirme seguro.
En todas mis tentaciones, peligros y adversidades imploraré vuestra protección. Alumbradme, alentadme, asistidme y salvadme, porque sin vuestra saludable protección me siento perecer.
Hoy os suplico de vuestra singular protección para que pueda alcanzar esta petición tan necesaria, pues estoy desesperado y sin ayudas (Aquí decid la petición motivo de esta Novena).
Oración final para todos los días de la Novena
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.

NOVENO Y ULTIMO DÍA DE LA NOVENA
Por la señal de la Santa Cruz… Perdonadme Señor, todos mis errores y equivocaciones. Me arrepiento sinceramente de todos ellos.
Oración inicial para todos los días de la Novena… Encender una vela blanca y decid esta oración:
Condúceme a la bienaventuranza
¡Oh Santo Ángel de mi Guarda, compañero de mi alma! Cuando en aquel momento crítico me conduzcan al Juicio, no me dejes abandonado y sin fuerzas; más que nunca precisaré la protección y guía para dar el salto hacia lo Alto.
Empújame para que no dude un instante de la misericordia divina y pueda cantar con todos los Ángeles aquella música celestial llena de Amor y Bondad.
Condúceme a la bienaventuranza de la Suprema Majestad y arroja de mi habitación a los hijos de las tinieblas. Que la luz brille en mi ser como reflejo de tu incandescente llama y me sienta jubiloso y no abrumado.
Os lo pido ¡Ángel mío! para gloria de las Glorias, así como hoy también os solicito este bien que necesito imperiosamente (Aquí decid la petición que se precisa al realizar la Novena).
Oración final para todos los días de la Novena…
Rezad tres Padrenuestros, tres Avemarias y tres Gloria Patri.




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Libro de Novenas:
Novena eficaz de las Tres Avemarías

I.

Oh María, Virgen poderosa, a quien nada es imposible! Os suplico, por el poder con que os distinguió Dios Padre Omnipotente, que me socorráis en la presente necesidad. ¡Oh Abogada de las causas más desesperadas, ayudadme! En ello están interesados la gloria de Dios, vuestra honra y el bien de mi alma.

Si la gracia que pido está conforme con la amabilísima y santísima voluntad de Dios, interceded, omnipotencia suplicante, interced por mí ante vuestro Hijo, que nada os puede negar. Os lo pido por ese poder ilimitado que os comunicó el Padre Celestial, ya que, para celebrarlo, os digo con Santa Matilde a quien revelasteis la práctica saludable de las Tres Avemarías: Dios te salve, María, etc.

II.

Purísima Virgen, justamente llamada Trono de la sabiduría, porque en Vos moró la Sabiduría increada, el Verbo de Dios, y os comunicó toda la plenitud de su divina ciencia en la medida que podía participarla a la más perfecta de las criaturas. Vos sabéis bien cuán grande es mi miseria y la necesidad que tengo de vuestro auxilio.

Me abandono del todo en vuestras manos, confiando en que vuestra divina Sabiduría lo ordenará todo con fuerza y suavidad a mayor gloria de Dios y provecho de mi alma, y que, por los medios más convenientes, acudiréis a socorrer mi necesidad.

¡Oh María, Madre de la divina sabiduría! Dignaos alcanzarme el favor que solicito. Os lo pido por esa inefable sabiduría con que el Verbo, Hijo vuestro, ilustró vuestra inteligencia, ya que, para celebrarla, os digo con San Antonio de Padua y San Leonardo de Puerto Mauricio, celosísimos propagadores de las Tres Avemarías: Dios te salve, María, etc.

III.

¡Oh tierna y verdadera Madre de Misericordia, que en estos últimos tiempos os habéis llamado Vos misma “Madre la más misericordiosa”! A Vos acudo para que uséis conmigo de compasión y bondad, con tanta mayor razón cuanto es mayor mi miseria.

No soy acreedor a la gracia que de Vos espero, ya que tantas veces os he contristado, ofendiendo a vuestro divino Hijo; pero estoy sinceramente arrepentido de haber traspasado con mis pecados el amante Corazón de Jesús y el vuestro. ¿No sois Vos, según lo revelasteis a vuestra sierva Santa Brígida, la “Madre de los pecadores arrepentidos”? Perdonadme, pues, mis pasadas ingratitudes; y teniendo sólo en cuenta vuestra misericordiosa bondad y la gloria que de ello resultará para Dios y para Vos misma, obtenedme la gracia que os pido.

¡Oh Vos, a quien nadie ha implorado en vano! ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Dignaos socorrerme. Os lo pido por esa misericordiosa bondad de que en favor nuestro os ha llenado el Espíritu Santo, ya que, para celebrarla, os digo con San Alfonso María de Ligorio, incomparable Apóstol de vuestra misericordia y doctor de las Tres Avemarías: Dios te salve, María, etc.

Dígase por tres veces: María, Madre mía, preservadme de pecado mortal.

La siguiente oración puede rezarse al terminar la Novena de las Tres Avemarías

ORACIÓN FINAL

Acordaos, ¡oh clementísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección invocando vuestro Poder, vuestra Sabiduría y vuestra Misericordia para el remedio de sus males, haya visto defraudadas sus esperanzas. Animado con esta confianza a Vos también acudo, ¡oh Poderosísima Reina!, ¡oh Sapientísima Virgen!, ¡oh Misericordiosísima Madre!, os suplico vengáis a socorrerme con estos tres atributos de que os adornó la Beatísima Trinidad para consuelo de los desvalidos. ¡Oh piadosísima Señora! ¡Oh trono de la Sabiduría! ¡Oh clementísima Abogada!, no despreciéis las súplicas de este pobre pecador, que implora vuestro poder para que le defendáis y protejáis, vuestra sabiduría para que le guiéis y enseñéis y vuestra misericordia para que, benigna, le amparéis en todo peligro y le favorezcáis en sus necesidades.

¡Oh María, Hija del Padre, Madre del Verbo Encarnado y Esposa del Espíritu Santo!, no despreciéis mi humilde oración; antes bien, acogedla piadosa, interceded para que sea despachada favorablemente y brille más a los ojos de todos vuestro gran poder, vuestra admirable sabiduría y vuestra inagotable misericordia, y sea todo a gloria de la adorabilísima Trinidad, que os enriqueció con tan preciosos dones. Amén.




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Libro de Novenas:
Novena al Espíritu Santo

Oración preparatoria.- Venid, oh Espíritu Santo, y enviad desde el Cielo un rayo de vuestra luz, a fin de que sepamos lo que hemos de hacer o evitar. Amén.
Día 1.- Venid, oh Padre de los pobres, y ha-cednos participantes de las riquezas de la divina gracia, que es la principal riqueza; venid, Dador de todas las gracias y concedednos santificarnos y salvarnos. Amén.
Récense tres Padrenuestros.
Oración final.- Os rogamos, Señor, que purifiquéis nuestros corazones con la luz del Espíritu Santo, a fin de que os sirvamos siempre libres de todo pecado. Amén.
Día 2.- Venid, Consolador magnífico en las muchas penas de esta miserable vida; venid, Huésped de nuestra alma por la divina gracia; venid, dulce refrigerio en toda tribulación; consoladme, sostenedme. Amén.
Día 3.- Venid, descanso en la fatiga, para que no nos cansemos de seguir el camino de la virtud; venid, Vos, que sois como fresca brisa contra el ardor de las pasiones y el alivio en nuestros dolores. Amén.
Día 4 .- Venid, oh luz dichosísima, inundad en resplandores lo más íntimo de los corazones de vuestros fieles. Si Vos no me ilumináis, andaré en las tinieblas del error y del pecado y del infierno. Salvadme. Amén.
Día 5.- Venid, Espíritu Santo, porque sin vuestra ayuda nada hay puro en el hombre, nada bueno hay en él. Nada soy, nada puedo, nada valgo, en orden a mi eterna salvación, sin Vos. En Vos confío. Amén.
Día 6.- Oh Espíritu Santo, lavad lo que está manchado en mí por causa del pecado; regad lo que está árido a causa del poco fervor con que hago las cosas de Dios; dirigid lo que está extraviado. Cúmplase siempre vuestra voluntad. Amén.
Día 7.- Oh Espíritu Santo, doblegad lo que está rígido en mi voluntad para serviros; calentad lo que está frío en mí por mi poco amor a Dios; dirigid lo que está extraviado. Cúmplase siempre vuestra voluntad. Amén.
Día 8.- Oh Espíritu Santo, conceded a vuestros fieles vuestros siete dones. Dadme el don de sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Que os ame, os tema y os posea un día. Amén.
Día 9.- Oh Espíritu Santo, conceded a todos el premio de la virtud, conceded a todos una buena y santa muerte y después la eterna felicidad del Cielo. Esto os pido para mí y para todos. Amén, así sea.




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TRIDUO O NOVENA A FRAY LEOPOLDO DE ALPANDEIRE

ORACIÓN: Oh, Dios que dijiste; “El que se humilla será ensalzado”, vuelve los ojos de tu misericordia a las virtudes que practicó tu fiel Siervo Fray Leopoldo, y haz que tambien nosotros vivamos humildes y puros en tu santo servicio. Dígnate glorificar a tu siervo en la tierra y concédenos por su intercesión la gracia que te pedimos, si es de tu divino agrado. Así sea.

JACULATORIA: ¡Pastora divina de las almas! Por la filial y tierna devoción que te profesó Fray Leopoldo, dígnate interceder ante la Santísima Trinidad para obtener la gracia que te pedimos.

(Rezar tres avemarías)




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