Si necesitas una rápida solución en algún problema, este es tu ritual.
Pero recuerda, no debes usarlo para todo, solamente cuando sea imprescindible.
Enciendes una vela amarilla y rezas:
“Mi santo Expedito de las causas justas y urgentes, socórreme en esta hora de aflicción y desespero, intercede por mí junto a nuestro Señor Jesucristo.
Vos que sois un santo un guerrero, vos que sois el santo de los afligidos, vos que sois el santo de los desesperados, vos que sois el santo de las cosas urgentes, protégeme, ayúdame, socórreme, dame fuerza coraje y serenidad.
Atiene mi pedido (hacer la petición).
Ayúdame a superar estas horas difíciles, protégeme de todos los que puedan perjudicarme, protege mi familia, atiende mi pedido con urgencia, devuélveme la paz y la tranquilidad.
Seré agradecido el resto de mi vida y llevaré Tu nombre con fe a todo el mundo.
Gracias.
Padre nuestro
Ave María
La señal de la Cruz
Suele ser efectivo en pocas horas o días, pero sólo debe usarse en caso de verdadera desesperación o urgencia.
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