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Agradecimientos y Novenas
Novena al Señor de las Maravillas

NOVENA EN HONOR A NUESTRO PADRE JESUS DE LAS MARAVILLAS
ORACION ESPECIAL
¡Oh Jesús! Que eres la luz del mundo, alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina mi entendimiento y mueve mi voluntad, para que pueda guardar tus santos mandamientos.
Arrepentido de mis culpas, llego a Ti confiado en tu misericordia que me perdonarás; te presento mi fe, esperanza y amor simbolizados en el cirio que te presento, clamando: Sol de caridad que siempre brillas obra en mi favor, Padre Jesús, una de tus maravillas. Así sea.
¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
(Se hace la señal de la Cruz.)

ACTO DE CONTRICION
¡Oh Jesús! ¡Hermosura infinita, objeto de las complacencias de tu Padre celestial! ¿Con qué sentimiento de amor y ternura contemplaré los insondables misterios de las humillaciones y anonadamientos que sufriste por mí?
Siendo la belleza del cielo y el gozo de los ángeles, has eclipsado tu divina bondad sumiéndola en su abismo de dolor e ignominias inenarrables.
Oh Padre Jesús, si al considerar tus agonías no muero de dolor por mis pecados que fueron la causa, te ruego me concedas la compasión para meditar con lágrimas tu dolorosísima agonía y que mi alma se penetre profundamente de tus penas y dolores para que poseído de verdadero espíritu de reparación, acabe mi vida, como víctima de expiación y gratitud. Así sea.

CONSIDERACION PARA EL PRIMER DIA

Consideremos a Jesús en su agonía del huerto, durante las tinieblas de la noche. Oye el acento lastimero con que dice a sus discípulos que se sientan sobre la roca que está próxima a su puerta. Mira cómo llevando consigo a Pedro, Juan y Santiago, penetra en el huerto de los Olivos y es el instante en que sobrecogido de un temor tan profundo, sumerge su alma a un abismo de desolación y de tristeza.

PRIMER DIA DE LA NOVENA
Oh Padre Jesús, que con tus padecimientos has querido sobrellevar los nuestros mediante nuestra cooperación. Tú serás siempre nuestra única esperanza.
Si he intentado hacer llegar un rayo de esperanza a aquellos a quienes has amado, ha sido hablándoles de Ti, de tu agonía, de tu amor, de tu infinita misericordia; sin embargo, al concluir mi tarea, un temor me asalta, conozco que hay dolores que ningún acento humano es capaz de consolar, necesitan, Oh Padre Jesús de las Maravillas, de tu mirada, de tu palabra; necesitan sobre todo aquella unción interior de que se hallaban poseídos tus discípulos después del delicioso banquete del Cenáculo. No les niegues, Padre Jesús, la dulzura inefable de esta íntima comunicación única que consuela y fortifica.
Purifícanos con tu perdón, inflámanos con tu amor, permítenos descansar un instante, Padre Jesús de las Maravillas, sobre ese pecho adorable de donde el discípulo amado sacó la fuerza necesaria para seguirte hasta el Calvario. Ese es el favor que te pido por la intercesión de tu Santísima Madre que al mismo tiempo participa de tus amarguras. (Aquí se hace la petición.)

ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS
Señor, por tu agonía y sagrada pasión, haz que tu nombre sea bendito en todas partes! Que tu Sagrado Corazón sea conocido, amado y adorado de todas las criaturas! Que tu Santa Iglesia sea honrada y respetada! Que la celestial antorcha de la fe no se apague jamás entre nosotros! Que todos permanezcamos unidos a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana como verdaderos hermanos. Que todos los que se han separado de ella vuelvan a su comunión y la consuelen con su sincero arrepentimiento. Que todos los redimidos por tu sangre divina merezcamos un día disfrutar de sus ventajas en tu gloria. Hable, Padre Jesús de las Maravillas, hable siempre a favor nuestro, esa sangre derramada por nosotros; sálvano, sálvanos a todos por ella, para gloria de tu Santo Nombre. Así sea.
(Aquí se hace la petición.)
(Tres Padres Nuestros y Gloria en memoria de las tres horas de agonía que sufrió el Señor de las Maravillas, infunde en nosotros más fe y esperanza. Así sea.)

SEGUNDO DIA DE LA NOVENA
Acto de contrición como el Primer Día.
Represéntate, alma mía, a Jesús en el Huerto bajo los Olivos entre tinieblas, acompañado de sus tres amados discípulos.
Unete a ellos en espíritu y escucha cómo les dice con acento angustiado: “Triste está mi alma hasta la muerte”.
Oh divino Redentor de nuestras almas, no tengo palabras para expresar el dolor de mi alma al considerar la pasión de tus dolores y amarguras en la Granja de Getsemaní, y todo, Oh Dios mío! Por expirar mis satisfacciones culpables, mis sensualidades, delicadezas, regalos e indignos cuidados de un cuerpo de pecado. Quisiera Dios mío, que mis ojos se conviertan en un torrente de lágrimas, odio saludable de mí mismo, de expiación y concibiendo, aun cantigar mi cuerpo con el rigor de una verdadera penitencia para satisfacer mis pecados a la divina Justicia y poder amarte y servirte durante todo el tiempo de mi vida para gozarte por toda la eternidad. Así sea.
Oración final como el primer día. (Aquí se hace la petición.)
Oh Sol de caridad que siempre brillas, Padre Jesús, a quien con fe imploramos, remedia nuestro mal. A Ti clamamos y haz en nuestro favor tus maravillas.

TERCER DIA DE LA NOVENA
Considera alma mía, considera cómo después de la inicua orden, se apoderaron los verdugos del Cordero, le arrastraron al pretorio, y le atan a una columna; Oh las manos de mi dulce Redentor! Y lastimando su Santísimo rostro, siendo yo el único culpable, perdón Señor.
Padre Jesús, no sólo aceptas la injusta sentencia, sino que la cumples a la letra y llevando con amor el instrumento de tu suplicio, volviéndote a mí dice: Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame. Así caminas tú a la muerte, así quiero caminar yo también.
Con tu ejemplo, quiero soportar valientemente los sufrimientos, los trabajos y las obligaciones de tus divinos preceptos. Todas estas cosas darán un día cuenta de mi pobre vida; matarán mi cuerpo, pero salvarán mi alma, Padre Jesús de las Maravillas, que sufriste tanto para hacerme amar la Cruz, concédeme que te ame en ella.
Cuanto más pesa, más honra al que la lleva, cuando más martiriza el corazón y las espaldas, mayores testimonios de amor. Felices los que han sido hallados dignos de padecer por el nombre de Jesús. Así sea.
Oración final como el primer día. (Aquí se hace la petición.)
Oh sol de caridad que siempre brillas, Padre Jesús, a quien con fe imploramos, remedia nuestro mal. A Ti clamamos y haz en nuestro favor tus maravillas.

CUARTO DIA DE LA NOVENA
Acto de contrición como el Primer Día.
Considera alma mía, como la devota Verónica al ver a Jesucristo tan abatido, con el rostro bañado de sudor y sangre, movida a compasión, facilitó un lienzo, con el cual enjugó el rostro del Señor que dejó impreso en él la imagen de su Santísimo rostro.
Padre Jesús, tus facciones eran hermosas, pero en este viaje están eternamente desfiguradas a causa de las heridas y de la sangre, oh, también era bella mi alma cuando recibió tu gracia en el bautismo, pero yo la he manchado con mis pecados.
Tú solo, Padre Jesús de las Maravillas, puedes restituirle su primera hermosura; hazlo por los méritos de tu pasión. Así sea.
Oración final como el primer día. (Aquí se hace la petición.)
Oh Jesús de las Maravillas, derrama una de tus bendiciones sobre nosotros. Así sea.

QUINTO DIA DE LA NOVENA
Acto de contrición como el Primer Día.
Considera, alma mía, como al ver los judíos que era tal la debilidad de Jesús, que a cada paso parecía iba a exhalar el espíritu, temiendo que muriese en el camino cuando todo su afán era verle morir en el infame patíbulo de la Cruz, obligaron a Simón Cireneo a que le ayudase a llevar la Cruz.
Te adoro Padre Jesús, abandonado por tus fuerzas físicas y caído en tierra, levántate, mi compasión, deseos de ánimo y el pensamiento de que no sufres por un ingrato. Feliz caída que levanta la esperanza y la perseverancia de mi alma. Mi lugar habitual está en la tierra, por la debilidad o por la prueba.
Caído Tú así, Jesús mío, estás más cerda de mí. Oh gloriosa caída, la mano de este pobre desvalido busca la tuya. Toma mi corazón, la voluntad y las obras no caigan ya en la tierra todo esto, sursum Corda! Vuelve a levantarse Jesús para caminar, levántate alma mía y anda, no ha llegado todavía la última hora, nos queda mucho que andar. Valor, Por la virtud de tu caída, haz Señor que vuelva a tomar santamente mi cruz y mi camino. Así sea.
Oración final como el primer día. (Aquí se hace la petición.)
Oh sol de caridad que siempre brillas, Padre Jesús, a quien con fe imploramos, remedia nuestro mal. A Ti clamamos y haz en nuestro favor tus maravillas.
SEXTO DIA DE LA NOVENA
Acto de contrición como el Primer Día.
Considera, alma mía, como el doloroso encuentro de Jesús con su Santísima Madre. Quién será capaz de explicar los sentimientos que debieron manifestar esos dos corazones que se entendían maternalmente el uno para el otro? Sus miradas se cruzaron y fueron como dagas inflamadas que traspasaron sus amantes corazones.
Atormentado, Padre Jesús, al contemplar los sentimientos y eficaces deseos de tu celoso corazón, a favor de mi alma y de los designios amorosos con que dispusiste, te encontrarás con tu afligidísima Madre en este santo camino; me sorprenden, admiran y enternecen, no tengo palabras ni afectos con qué manifestarle la gratitud de mi amor.
Qué entendimiento humano podía pensar que en medio de tanto padecer no te olvidarás de dejarme en María tu afligida Madre, maestra que me enseñara, abogada que me defendiera y corredentora que presentara tus tormentos y los suyos en mi favor? Oh, amor incomparable de mi Jesús! Dígnate pedir al Padre eterno que sepa yo corresponder a tantas lágrimas que derramaste y los trabajos que padeciste.
Oración final como el primer día. (Aquí se hace la petición.)
Oh padre Jesús de las Maravillas, ¡PROTEGENOS!

SEPTIMO DIA DE LA NOVENA
Acto de contrición como el Primer Día.
Considera, alma mía, como Jesucristo, agotadas sus fuerzas cayó en tierra bajo el enorme peso de la Cruz, su Santísimo rostro estaba despedazado al rigor de los recientes azotes, su cabeza coronada de espinas habiendo derramada ya mucha de su sangre; es estado de debilidad en que se hallaba, apenas le permitía andar, la Cruz era pesada, los verdugos le golpeaban inhumanamente, así fue como Jesús cayó varias veces, por causa de nuestros pecados.
Mis pecados, oh dulce Padre mío son los que cargas sobre tus hombros. Yo soy la oveja que erró y Tú eres llevado como oveja al matadero del Monte Carmelo para ser sacrificado por mi yerro.
Oh, si nunca los hubiera cometido para no darte tanto trabajo. Pero ya que la culpa es mía, razón es que lleve la pena y que cargues sobre mí la Cruz que tengo merecida.
Yo Señor me ofrezco a llevarla como Tú llevaste la tuya. Ayudado por tu divina gracia. Así sea.
Oración final como el primer día. (Aquí se hace la petición.)
Señor, derrama tus maravillas sobre nosotros. Así sea.
OCTAVO DIA DE LA NOVENA
Acto de contrición como el Primer Día.
Considera, alma mía, como Jesús fue inhumanamente arrojado sobre la Cruz, para ser clavado y que extendiendo las manos ofreció al Eterno Padre el sacrificio de su vida por nuestra salvación. Los despiadados verdugos le clavaron y levantaron en la Cruz, en donde custodiaban a la víctima para que ella muriese lentamente de dolor, nuestro Divino Redentor (Señor, perdona mis pecados.)
Oh, Señor mío Jesucristo, colgado con duros clavos en un madero, por mi amor. Cuántas veces fijé en Ti mis ojos y con atención y reflexión te miré, todas mis potencias dirán: Señor, quien es semejante a Ti, en el dolor del cuerpo, en el amor del corazón, en el abatimiento, en la majestad, en la flaqueza, en el poder? Quién semejante en la pobreza, en la riqueza, en la ignominia y en la gloria? Iré, pues, al monte de la mirra y veré esa visión grande. Repararé en tu rostro! Oh Padre Jesús, te miraré bien y procuraré seguir el ejemplar que se me ha mostrado en el monte Calvario, suba contigo a los cielos y ahí reparando en tu divinidad, clamará mi alma y todos mis huesos dirán: Padre Jesús, quién es semejante a Ti, que eres bondad infinita?
Oración final como el primer día. (Aquí se hace la petición.)
(Tres Padres Nuestros y Gloria, en memoria de las tres horas de agonía que sufrió Nuestro Divino Redentor, por el perdón de nuestros pecados.)

NOVENO DIA DE LA NOVENA
Acto de contrición como el Primer Día.
Considera, alma mía, como Jesús después de tres horas de mortal agonía y consumido por los más agudos dolores, abandonado su cuerpo inclinó la cabeza y expiró.
Heme aquí, Padre Jesús, cerca de tu sepulcro con María y Magdalena, como ella, lloro yo, y te busco con las energías de un amor que no quiere contradecirme. Muerto el mundo me sepulto contigo. El tabernáculo es la tumba que te guarda vivo; ahí quiero enterrarme cada día.
Ah, que se olviden todos de mí! Dios mío, que me reciba la tierra, que me desprecien los hombres, que salga yo de este mundo sin ruido y como conviene a un pequeño, a un humilde. Esperando el sepulcro me esforzaré por llevar a buen fin mis padecimientos, por el perdón de mis pecados.
Acudiré al Vía-Crucis para templar mi valor y renovar mi bautismo, me acordaré de Ti en todas partes, en el Sacrificio del Altar, en la recepción de la Sagrada Eucaristía, en mis sufrimientos, en la agonía y en la muerte de mis hermanos. Esta es mi esperanza en la vida, en mi muerte y después de mi muerte. Quiero reunirme contigo para toda la eternidad.
Oración final como el primer día. (Aquí se hace la petición.)
(Tres Padres Nuestros y Gloria, en memoria de las tres horas de agonía que sufrió Nuestro Divino Redentor, por el perdón de nuestros pecados.)




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